“Un peligroso ejercicio de greenwashing”. Nicolás González Casares rechaza la clasificación del gas y la nuclear como energías verdes

julio 5, 2022

El voto del Pleno del Parlamento se celebrará este miércoles

Los eurodiputados de las comisiones del Parlamento Europeo de Economía y Medioambiente rechazaron el pasado 14 de junio que las inversiones en energía nuclear y de gas fósil se consideren sostenibles y puedan gozar de la misma categoría que las energías renovables.

La votación se decidió por un margen mayor de lo esperado, 72 a favor, 62 en contra y cuatro abstenciones; así los miembros de estas dos comisiones objetaron conjuntamente la denominada taxonomía, un sistema de etiquetado de inversiones para discernir aquello que es verde de lo que no lo es. Se trata de un conjunto de clasificaciones para orientar las inversiones comunitarias en la transición ecológica, en este caso afecta a la energía, pero que se irán desplegando a otros sectores económicos como el forestal, el manufacturero, el transporte o la agricultura.

A pesar de esta valoración de las comisiones parlamentarias, toca esperar al voto del Pleno del Parlamento que se celebrará este miércoles, 6 de julio. Para que la controvertida propuesta prospere necesitaría el apoyo de al menos la mitad de los escaños (353), y parece complicado que encuentre apoyos suficientes. El Consejo de la UE podría rechazar el texto sobre la taxonomía, pero para ello sería necesario que se opongan el 72 % de los países (20 de 27 capitales) y que representen, al menos, al 65 % de la población de la UE.

Para Nicolás González Casares, eurodiputado ponente de la revisión de la Directiva de Renovables por el Grupo Socialdemócrata Europeo, “ni el gas fósil ni la opción nuclear deben gozar de la etiqueta verde” y considera “un peligroso ejercicio de greenwashing”, el que eso suceda. Sin embargo, sostiene necesario analizar a nivel autonómico y nacional que opción sería más beneficiosa para nuestro territorio, tanto en términos ambientales como económicos.

A Galicia no le interesa que estas dos fuentes de energía, plantas de energía atómica y las centrales de gas dedicadas a la generación eléctrica, sean consideradas sostenibles. “Nuestra comunidad tiene un gran potencial renovable, tiene las infraestructuras de gas fósil que necesita y no hay intención alguna de instalar una central nuclear”. En este escenario “colgarles la etiqueta verde a esas tecnologías desviaría inversiones para aprovechar nuestro potencial renovable y de proyectos de hidrógeno verde hacia otras latitudes que sí tienen intención de invertir en gas natural o nucleares”.

A nivel nacional, España es el país con mayor potencial de energías renovables de toda la UE. “Nuestro país, producto de su aislamiento eléctrico, cuenta con unas estructuras gaseras que son, por causa de la guerra en Ucrania, la envidia de Europa porque nos dan múltiples opciones para asegurar el suministro”, explica el eurodiputado socialista. A tener en cuenta, también, que no existe ninguna propuesta empresarial seria sobre nuevas infraestructuras nucleares. “Si bien, se debate sobre la posibilidad de una infraestructura gasera que conecte España con Europa, para nuestro país carecería de sentido si no fuera compatible con el Hidrógeno Verde, que si podría entrar en la categoría de renovable.”, concluye González Casares.

Por todo lo expuesto, Casares considera que para los intereses españoles y gallegos “no sería responsable votar a favor de que la nuclear y mucho menos el gas fósil se consideren al mismo nivel de sostenibilidad que las renovables”. Esto podría tener efectos negativos como “el bloqueo de inversión destinada a renovables o activos de elevado costo que en menos de dos décadas no serían utilizables tal y como fueron concebidos”.

El futuro pasa por una apuesta por las renovables. “En los próximos años, Galicia y España, van a tener que realizar un gran esfuerzo inversor en energías renovables”, algo que tendrá un retorno en “mejores precios de la electricidad”, una baza que contribuirá a “fijar y atraer industria”, asegura Casares. Un gran potencial renovable significa también mayores posibilidades de producir Hidrógeno Verde con sus elevadas capacidades de descarbonización de la industria pesada que verá como dentro de pocos años disminuyen sus derechos gratuitos de emisiones de CO2. “Además, todos los países de la UE necesitaremos descarbonizar el transporte lo que requerirá de un despliegue masivo de estaciones de carga para vehículos eléctricos”, vaticina González Casares. En este contexto, aunque el rol de la nuclear y el gas durante la transición pueda servir para garantizar la estabilidad del suministro energético, no respetan los criterios medio ambientales. Así pues, “que eurodiputados y eurodiputadas de Galicia o España votemos a favor del gas fósil y la nuclear como tecnologías verdes equivaldría a pegarse un tiro en el pie”.

¿Sostenibles?

Tras años evitando posicionarse, la Comisión Europea propuso a inicios de año que se traten como «sostenibles» las centrales nucleares con permiso de construcción anterior a 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO2 por kilovatio hora hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil.

El gas es un combustible fósil, libera dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático. La energía nuclear apenas libera CO2, pero presenta riesgos asociados a la seguridad y los desechos radiactivos.

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