«Los beneficios caídos del cielo en las energéticas no pueden ser estratosféricos»

abril 15, 2023

«La parte mayoritaria del mercado debe dirigirse a contratos a largo plazo, pero también se necesitan incentivos a las renovables»

ESTA ENTREVISTA FUE PUBLICADA EN Faro de Vigo EL 13 DE ABRIL. AQUÍ PUEDES LEERLO

Nicolás González Casares dará voz al Parlamento Europeo durante todo el delicado proceso legislativo que acaba de comenzar para cambiar el mercado mayorista de la electricidad, muy cuestionado por el contagio de la disparada cotización del gas tras el inicio de la guerra en Ucrania a la factura de los hogares. Ese es el motivo de que «el melón» se haya abierto. Hay posiciones muy enconadas. Países que rechazan una reforma profunda amparándose en que la situación es coyuntural y otros, encabezados por España, que reclaman un modelo alternativo porque el sistema eléctrico no tiene nada que ver con el que alumbró el actual sistema marginalista en la fijación de precios con el que a todas las tecnologías se les paga en función de la última oferta que entra para cubrir la demanda. El eurodiputado socialista gallego tiene por delante el reto de conciliar esas distintas sensibilidades, en paralelo a lo que plantee también el Consejo Europeo. «Va a ser un proceso acelerado», asegura el ponente de la reforma, con el objetivo de concluirlo a finales de este mismo año o en el primer trimestre de 2024.

–A la vista del punto de partida de la Comisión Europea, ¿hay que darle la enhorabuena o empatizar por el marrón que tiene encima?

–[Ríe]. No se esperaba el proceso en esta legislatura. Las circunstancias llevaron a que se abriera este melón. Como bien dices, hay algo de campo minado, pero es un dosier muy importante, una oportunidad, aunque debemos ser más ambiciosos de lo que hasta ahora ha sido propuesto por la Comisión.

–Nadie esperaba una propuesta de reforma de calado, pero lo que ha puesto sobre la mesa la Comisión Europea son incentivos a los contratos de energía a largo plazo y poco más. Los analistas hablan de reforma light.

–Exactamente. Desde el Parlamento voy a intentar que haya más elementos. Primero, para que en emergencias energéticas como la crisis de precios que estamos viendo existan herramientas suficientes. Las que propone la Comisión Europea no llegan ni habrían sido efectivas en la situación actual. Tenemos que ser más ambiciosos en cómo abordar la volatilidad de los precios. Es cierto que la propuesta incluye avances en los contratos a largo plazo, un buen punto de partida, pero puede hacerse más. Siempre será necesario un mercado mayorista para un último recurso en la compra de energía. Hay que tratar que la parte mayoritaria del mercado se dirija a contratos a largo plazo para lograr estabilidad, pero también que hayan incentivos a la inversión en renovables. La tendencia ahora a cero en los precios en algunos momentos del día puede afectar a esos incentivos a la inversión. España va un poco más deprisa en la descarbonización del sistema eléctrico, pero en otros países también se va a ver esto en breve, por lo que necesitamos tener herramientas para mantenerlos.

–¿Es imposible dar la vuelta al calcetín del sistema de fijación de precios marginalistas?

–Más que romper el marginalismo, lo que hay que hacer es amortiguar en la medida de lo posible la volatilidad del sistema y su relación con los precios de los combustibles fósiles. El marginalismo puede ser eficiente si no se liga directamente a lo que pagan los ciudadanos a esos precios mayoristas marginales. Que haya algo de mercado mayorista ayuda también a que exista disponibilidad y seguridad del suministro. Esta no es una reforma para un país, es una reforma para toda la Unión europea. Lo que hay que hacer es que ese mercado marginalista represente mucho menos volumen en la electricidad negociada, pero tendrá que haber alguna referencia mayorista, que puede ser el marginalismo u otra herramienta, para dar una señal de precio.

–La mención a que es «una reforma de la UE y no de un país» es importante porque ya hemos visto en otros cambios legislativos recientes en materia de energía que uno de los condicionantes viene de la diferente posición de cada país en función de su mix de generación y del modelo de consumo.

–Es que cada país tiene derecho a escoger su mix, pero las reglas son iguales para todos. Los mixes son dinámicos, con un incremento de renovables y la disminución de los fósiles, por norma general. Hay trayectorias diferentes con las mismas reglas para los 27. Y con diferentes interconexiones también, que es otro elemento a tener en cuenta. ¿Cómo componer ese puzle? Es muy complejo, pensando, insisto, en que es un puzle dinámico.

–Y precisamente por eso, ¿se corre el riesgo de que la reforma, para aunar todas las sensibilidades, acabe caducando en poco tiempo?

–A mí me gustaría que esta reforma llegara por lo menos hasta 2030. Es uno de los hitos que tenemos en la ley del clima y el Fit for 55 para la reducción de emisiones. Si es posible ir más lejos, mejor, pero ese es el horizonte mínimo que nos planteamos. Es verdad que la situación es cambiante. Sabemos las tendencias, pero no todas las contingencias que van a suceder por el camino. Por ejemplo, se va a abrir un nuevo mercado del hidrógeno. Es probable que se aproveche el excedente de renovables, pero también que se detraigan renovables del mercado convencional para llevarlas al hidrógeno. Desconocemos exactamente cómo va a influir, especialmente a partir de 2030, cuando tendrá más potencia y más volumen. Por eso nos ponemos en esa fecha, aunque no digo que no se pueda revisar antes.

–¿Qué va a pasar con los llamados beneficios extraordinarios que se embolsan algunas tecnologías?

–Tenemos que hacer lo posible para que esos beneficios extraordinarios nunca sean estratosféricos. Uno de los problemas que estábamos viendo es que podían llegar a ser 6, 7, 8 veces el precio habitual de lo que se pagaba por una tecnología. Entendemos que hay ciertos beneficios caídos del cielo que son aceptables porque son los que estimulan las renovables.

«Me gustaría que esta reforma llegara por lo menos hasta 2030»

Nicolás González Casares – Eurodiputado del PSOE

–Son el incentivo a la inversión y la compensación a periodos de mercado bajos, según las empresas.

–Evidentemente tiene que haber una parte de esos beneficios para que siga el estímulo en renovables, pero no de una forma que parece estratosférico y que se convierte casi en una transferencia de capital del bolsillo de los consumidores a la cuenta de resultados de las empresas. No solo de las eléctricas. El sector de oil & gas es, al final, el gran beneficiado de esto.

–¿Se notan ya los lobbies?

–Por ahora es muy pronto.

–Pero esto no es nuevo. Los cambios en materia energética no son nuevos. Llevamos muchas modificaciones a la espalda en los últimos años.

–Como reporter es cierto que tengo como unas 20 peticiones de reunión sobre la mesa. Las posiciones están bastante claras, ¿no? El sector eléctrico quiere una reforma lo más suave posible. Los consumidores parece que la queremos más profunda. Algunos estados miembro, como España y Francia, también la quieren más profunda. Otros, el caso de Alemania o Dinamarca, menos. En esa dialéctica buscaremos una posición, recordando que, como ponente, lo tengo que ganar. Para ganar necesitas un voto más que la minoría y en este caso significa hacer acuerdos entre grupos políticos. Conciliar.

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