El programa espacial europeo es fundamental para el desarrollo tecnológico de la UE.
El pasado jueves fue un buen día para la carrera espacial europea. En la Guayana Francesa ,el cohete europeo Vega se despedía de su vida operativa con éxito, colocando en órbita el satélite Sentinel-2 ,fundamental para el programa Copernicus de la UE.
También fue un buen día para la Agencia Espacial Europea (ESA) el pasado 6 de julio, pues se pudo lanzar con éxito el nuevo cohete Ariane 6 tras varios retrasos. El nuevo Ariane que sustituye a su predecesor (Ariane 5) es un hito para la Estrategia Europea de Seguridad y Defensa y además posibilitará que la industria aeroespacial europea pueda competir en el futuro en el ámbito comercial.
Galileo y Copernicus son experiencias exitosas de inversión, colaboración y coordinación de numerosos estados miembros con el fin común de aumentar y consolidar la autonomía estratégica europea en el ámbito aeroespacial al tiempo que se prestan servicios de altísima calidad. Por ejemplo , hoy Galileo es el sistema de navegación más preciso del mundo con una constelación de más de 30 satélites en órbita. Según la Agencia Espacial Española se estima que aproximadamente el 10 % del PIB anual de la UE depende ya de la navegación por satélite, con ese dato podemos entender porque resulta estratégico para la UE mantener un programa espacial , apoyarlo presupuestariamente y no quedarse atrás.
Pero no es oro todo lo que reluce en el desarrollo aeroespacial europeo y diferentes vicisitudes nos han dejado expuestos a determinados agentes que como mínimo podrían ser calificados de “poco amigos del proyecto europeo”. El programa Ariane 6 se ha retrasado 4 años por problemas técnicos y presupuestarios , pero la necesidad de reponer satélites en órbita para sustituir los antiguos o avanzar en prestaciones no permite alargar los plazos del mismo modo.
Hasta la guerra de Ucrania la ESA y Roscosmos , la agencia espacial rusa, colaboraban de tal manera que las naves Soyuz prestaban servicio al programa europeo, lanzándose siempre desde Kourou en la Guayana Francesa , por lo que la tecnología europea no abandonaba nunca territorio UE. Por lo tanto la situación geopolítica también ha aumentado las urgencias espaciales de Europa.
En esta situación de imperiosa necesidad y ante el riesgo creciente de fallo de los satélites más antiguos la UE ha tenido que recurrir a otro agente del espacio que es puntero en lanzamiento comercial de satélites: Space X, una de las compañías líderes mundiales en lanzamientos privados y puesta en órbita de satélites , entre otras razones por su competitividad en precios . Como es sabido es propiedad del magnate Elon Musk, propietario a su vez de Tesla y de X ,la red social antes conocida como Twitter. Y es aquí donde empiezan los dilemas políticos pero de interés también para toda la ciudadanía.
Esta semana me reunía , como miembro de la Comisión de Industria, Innovación y Energía (ITRE) con Rodrigo da Costa , director de la EUSPA , la Agencia de la UE para el Programa Espacial . En esa reunión me explicaba los principales hitos del programa espacial para los próximos años, su disposición a mantenernos informados de los avatares del mismo a los miembros de la Comisión, en definitiva, una ronda normal de reuniones informativas y de cortesía que se agradece. Además debatimos sobre el asunto que ocupa este artículo, pues el Parlamento debe dar el visto bueno para que el lanzamiento programado con Space X pueda realizarse en suelo de Estados Unidos, es decir, la Eurocámara no puede decidir en este momento sobre el contrato millonario con la empresa de Musk, pero sí puede detener los lanzamientos previstos porque tecnología crítica europea tenga que ser trasladada a USA.
Por lo tanto tenemos que decidir entre dos opciones este jueves en el voto en el Comité ITRE: se permite y se reponen los satélites necesarios para Galileo y Copernicus o no se permite y no se reponen los satélites con el consiguiente riesgo. En resumen, la guerra de Ucrania nos ha desplazado de depender de Rusia a depender de Elon Musk temporalmente mientras el programa Ariane 6 no esté totalmente operativo y a velocidad de crucero. Esos son los riesgos de perder autonomía estratégica en sectores críticos.
Que Elon Musk no es amigo de la UE no es ningún secreto. Su apoyo a Trump, su uso de X/ Twitter para aumentar la polarización y favorecer el populismo frente a la democracia ya son conocidos. Como legislador europeo no me hace ninguna gracia depender de alguien así , como ciudadano y demócrata me asusta que se pueda acumular tanto poder y tanto dinero en una sola persona,ya vemos que incluso puede ser complicado limitar la influencia de alguien a quién necesitas y a la vez detestas .
La UE tiene armas legales para actuar sobre X/Twitter con los desmanes que se vienen produciendo en esa red social y ha amenazado a Musk con multimillonarias multas y recientemente desde la Comisión Europea se han aumentado los aranceles sobre los Tesla que se hayan fabricado en China, del mismo modo que a los otros coches eléctricos de las marcas chinas manufacturados en el gigante asiático.
Algunas voces en el Parlamento ya han pedido en el pasado , y supongo que lo seguirán haciendo, que se prescinda del contrato con Space X . Es una posibilidad que “pide el cuerpo” y de manera creciente a la vista de los nuevos desmanes recientes de Musk . Recientemente, tras el cierre de X/Twitter en Brasil por parte del Tribunal Supremo de ese país, ha dejado a amplias zonas de la Amazonía sin el servicio de sus satélites que proveen de Internet a zonas remotas . Esa opción alternativa pasa por darle tiempo al programa Ariane 6 para ponerse a velocidad de crucero y reponer los satélites necesarios, pero EUSPA afirma que los riesgos de esa espera son muy elevados y podría poner en riesgo la operatividad de Galileo con el consiguiente riesgo de seguridad pero también reputacional en una tecnología tan crítica.
Por mi parte el dilema como legislador lo resolveré apoyando la propuesta de la EUSPA ,o sea, cumplir el contrato con Space X pero siendo consciente de que la UE no puede dudar en actuar contra Musk en todas las esferas en las que se muestre como un magnate tiránico , burlón , con voluntad y capacidad de sembrar odio y discordia en un sistema democrático hasta minar la confianza de la ciudadanía. Traguemos el sapo cuanto antes , confiemos en que Ariane 6 sea un éxito y en el director de la EUSPA, Rodrigo da Costa, un vecino de Chaves , al norte de Portugal , de “a raia”, en definitiva casi un gallego más que visita en verano las Rías Baixas.