Brexit ,cerdos y camiones.

October 11, 2021

Sí el título de este artículo recuerda a aquella película del inclasificable Guy Ritchie, es porque lo que está pasando en el Reino Unido tras el Brexit supera en algunos momentos a la trepidante trama de “Snatch. Cerdos y diamantes” incluso el protagonista principal de esta historia luce un pelazo dorado como el de Brad Pitt, aunque su interpretación está a gran distancia del gran actor norteamericano.

Hasta ahora resultaba difícil asegurar si lo que estaba sucediendo por la falta de suministro de importantes productos básicos era consecuencia directa del Brexit. Podría justificarse en que el aumento del consumo por la recuperación estaba siendo uno de los factores que explicaban las estanterías vacías en los supermercados o la escasez de medicamentos en las farmacias. Pero la realidad es que mientras allí escasean bienes de consumo masivo , no pasa lo mismo en la UE.

Mayor claridad y relación con el Brexit se evidencia en la reciente crisis de distribución de transporte de combustibles para las estaciones de servicio por la falta de camioneros, ahora suplidos por militares en esas tareas . Pudiendo ganar más y de modo más estable en el continente a muchos conductores de la UE les resulta casi ofensivo lo que se les ofrece para volver a trabajar de manera temporal . Algo similar está pasando en las granjas británicas de porcino, donde la falta de mano de obra en las empresas de transformación cárnica está provocando que aumenten las cabezas de ganado en las granjas llevando a sus propietarios a sacrificar indeseadamente miles y miles animales ya criados, con las consiguientes pérdidas. La preocupación aumenta ante la escasez de pavos para Navidad.

A medida que pasan las semanas y la recuperación pandémica avanza ,la vuelta a niveles de consumo previos hace más evidente que el Brexit tiene consecuencias. Podría esperarse que ,sin renunciar al camino andado ,el premier británico abriera la mano en política de inmigración para conseguir trabajadores que ayudaran a reconducir la situación. Pero los “tories” han sido claros en su reciente Congreso y aseguran que se “ha vuelto a tomar el control” ( “Take back the control” de la campaña del “leave”) . En ese cónclave conservador además se han escuchado consignas que rayaban en la xenofobia como las que realizaba la ministra de Interior Pritti Patel ante un auditorio que la vitoreaba.

Esta reacción tampoco es de extrañar en Boris Johnson, no va a retroceder un palmo tras llegar al poder a lomos del Brexit, sabe que cualquier flaqueza en la defensa del mismo sería vista como una aceptación de su fracaso. Ha emprendido un camino sin rumbo claro con manifestaciones que recuerdan a algunas realizadas por los “brexiters” después del referendum y que contienen matices muy preocupantes. En recientes declaraciones ,con su habitual desparpajo y frivolidad , afirmaba que en realidad esta situación era necesaria, porque según afirmaba era el resultado del proceso de cambio de un modelo basado en trabajos de baja cualificación hacia otro, decidido al emprender la senda del Brexit, de empleos tecnificados y bien remunerados ,llegando hasta afirmar que si había que sacrificar miles de cerdos, tampoco era preciso dramatizar “pues ese iba a ser su final de cualquier manera”.

Parece por tanto que el Gobierno británico persevera en el populismo trumpista que tanto daño ha hecho ya a la democracia,continuando la línea del nefasto ex-asesor de Downing Street Dominique Cummings, cumpliendo así los vaticinios que ya recogía la autora Anne Applebaum en su exitoso libro “ El ocaso de la democracia” en el capítulo que desgrana las mentiras que llevaron a la salida del Reino Unido de la UE : “…ellos (por los partidarios del Brexit) querían que hubiera perturbación real,que hubiera un impacto, un cambio real…”. En definitiva estamos asistiendo a las consecuencias de lo que probablemente será recordado como un inmenso error histórico ,por lo que sus promotores están ya trabajando en diferentes relatos que les justifiquen ante los posibles daños que puedan producirse. En esa línea hace unos días Boris Johnson daba una respuesta propia de los pillos de la exitosa película mencionada al inicio. Sería injusto no reconocer la genialidad de un liberal ,como el premier británico ,que tras la salida de un mercado de 500 millones de personas y reducirlo a otro de 80 millones, afirmaba que : “ No creo en una economia controlada , no creo que el primer ministro resulte el responsable de lo que hay o no hay en las tiendas”.

Finalmente laboristas y conservadores ,que han celebrado estos días sus congresos, han concluído ,aunque de modo diferente, que el Brexit está hecho y que ya era hora de tomarse unas pintas para no hablar de ello. Lástima que no podrán hacerlo en el pub de Guy Ritchie que se quemó el pasado mes de junio. Será por pubs en Londres.

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