El precio del combustible es un elemento crítico para la actividad pesquera: la flota europea consume unos 2 millones de litros de combustible, que puede llegar a representar hasta un 40% de los costes totales en algún segmento.
El sector pesquero está sufriendo directamente el impacto de la crisis de los precios de la energía. Mientras que hace un año el precio del barril de petróleo rondaba los 60 dólares, en enero había subido a 85 (un 63% más) y, tras el ataque de Rusia a Ucrania, se ha disparado por encima de los 110. Algunas flotas, como la española, han anunciado su intención de interrumpir su actividad debido al fuerte aumento del precio del gasóleo.
Los recursos pesqueros son fundamentales para la seguridad alimentaria. Al igual que otros sectores, muchas cadenas de suministro de recursos pesqueros y acuícolas dependen en gran medida de los combustibles fósiles. El aumento y la volatilidad de los precios de la energía pueden, por tanto, socavar la seguridad alimentaria en algunos ámbitos.
Ante este panorama, el eurodiputado Nicolás González Casares preguntó a la Comisión Europea por las medidas de ayuda que va a poner en marcha o favorecer para paliar el impacto del encarecimiento de los combustibles sobre la flota pesquera comunitaria.
