El eurodiputado abogó por la redistribución de los beneficios extraordinarios de forma que compensen parcialmente las facturas más elevadas de los consumidores
En marzo, la Agencia Internacional de la Energía estimaba que los beneficios extraordinarios ascenderían a 200.000 millones de euros este año solo en la Unión Europea. La Agencia explicaba como esta ganancia excepcional obedece al diseño del mercado actual y a los altos precios del gas en la UE que elevan los precios de la electricidad. Sobre esta cuestión, se debatía esta tarde en el Pleno del Parlamento Europeo.
Desde el Grupo de la Alianza de Socialistas y Demócratas, el eurodiputado Nicolás González Casares recordó como llevan reclamando desde hace un año medidas que hagan frente a la subida de los precios de la energía, entre las que figura la propuesta de reconducir los beneficios extraordinarios. “Los impuestos a los beneficios caídos del cielo son necesarios y justos. A situaciones extraordinarias, medidas extraordinarias. A beneficios extraordinarios, justicia social”, demandó González Casares.
El socialista habló de la necesidad de regímenes fiscales útiles para los beneficios inesperados que mitiguen las consecuencias sociales y económicas del aumento de los precios de la energía, exacerbado por la guerra en Ucrania. “Si hay beneficios caídos del cielo es que algo falla en el mercado. Si no podemos intervenirlo y reformarlo ya en esta situación tan compleja, al menos tenemos que evitar que el dinero de millones de ciudadanos que sufren la durísima subida de precios se acumule en las manos de los mandatarios de las energéticas”, denunció.
González Casares abogó por la redistribución de los beneficios extraordinarios de forma que compensen parcialmente las facturas más elevadas de los consumidores: “Es una cuestión de justicia social urgente”. Además, el eurodiputado apuntó la necesidad de una reforma estructural del diseño del mercado eléctrico de forma que refleje correctamente los bajos costes de las energías renovables.
