González Casares preguntó por escrito a la Comisión Europea por un nuevo producto que se empieza a ver a la venta en múltiples establecimientos. Se trata de las bolsitas de nicotina que se ponen entre la encía y el paladar y liberan esta sustancia adictiva.
Se venden como «subidón de nicotina» o «explosión sensorial» y contienen hasta el triple de nicotina que un cigarrillo normal.
Aunque no contienen tabaco parecía evidente la estrategia de esa industria, camufla la nicotina como hacen también con los vapeadores, para que los más jóvenes se acerquen a sus productos y al final se conviertan en clientes de las tabacaleras por sus adicción a la nicotina.
La respuesta de la Comisión fue contundente: «suponen un problema grave de salud«. El periodista Pablo Linde ha seguido el asunto y ha publicado el pasado sábado un artículo abordando la cuestión. Lo cierto es que al no contener tabaco están fuera de esa regulación, en un limbo. Algunos países han decidido prohibirlas mientras no se regulen.
La Comisión debió haber revisado la Directiva del Tabaco en 2022 , seguimos esperando ,mientras nos siguen hablando de «una generación libre de tabaco».
González Casares
A pesar de la apreciación del problema que suponen estos productos y los riesgos asociados para la salud, la Comisión no ha comenzado el desarrollo de la Directiva del Tabaco. La regulación de los productos emergentes es importante para la protección de la salud.
