Tomarse en serio el Cambio Climático (en política española también)

Evolución de las temperaturas en España

marzo 26, 2024

Editado de un artículo propio escrito en Linkedin el 6 de junio de 2023

En los últimos meses hemos visto como en nuestro país las noticias sobre ecología , clima y medio ambiente iban ocupando más espacio en el debate público. Los efectos del aumento de temperatura por el cambio climático son cada vez más perceptibles en España,las altas temperaturas y la sequía que asolan numerosas zonas de nuestro país están teniendo efectos negativos e indeseados en nuestras vidas. Cada vez vemos también mayores impactos en sectores vitales para nuestra economía como la agricultura que al final afectan a toda la ciudadanía, con mayor impacto sobre los más vulnerables en términos económicos. Salvo para terraplanistas recalcitrantes la mayoría de la población española percibe que “algo está cambiando y no es para bien”.

En el magnífico libro “Fire & Flood: a people´s history of Climate Change from 1979 to the present» el periodista ambiental Eugene Linden se nos muestra una cronología de los hechos e hitos más señalados desde que los científicos empezaron a barruntar que algo estaba pasando con nuestro clima por efecto de la acción humana. Cuenta Linden que los hechos del cambio climático (el aumento de temperatura por causas antropogénicas) se mueven como un reloj que va por delante de otros 3 relojes. El segundo reloj sería la ciencia, que lógicamente tiene que ir demostrando con evidencias lo que ocurre, a continuación hay un tercer reloj que va bastante por detrás que es la opinión pública y un cuarto que es el que más se retrasa que tiene que ver con el mundo de los negocios y los mercados. Éste es el que corre más lento porque se mueve por los intereses del dinero y hasta que,según las tesis de Linden, tenga estímulos para sincronizarse con los que le preceden ,siempre irá por detrás y mostrará resistencias. En España está pasando con claridad, con la particularidad de que el mundo político se debate entre el ritmo del tercer reloj o el ritmo del cuarto en cuanto a la necesidad de la acción climática.

Observamos con claridad que nuestros ecosistemas se resienten por las subidas de las temperaturas pero en lugar de tomar medidas para que esos mismos entornos nos sigan protegiendo y nos permitan beneficiarnos de sus servicios ecosistémicos, se opta por seguir actuando como si nada hubiera pasado . El cuarto reloj trata de retrasarse aún más con relación al tercero en una actitud que niega o evita reconocer que esas actividades económicas que se quieren defender se están viendo afectadas por los efectos del cambio climático.

Como participante activo en las políticas de la acción climática y energética, pero también como observador, veo con preocupación como se está utilizando la acción/inacción política contra el cambio climático como un mero elemento para captar votos y satisfacer a una ciudadanía que o bien sabe lo que está pasando pero evita cambios porque no percibe aún los daños de los efectos del aumento de temperatura o bien contentar a otros que sí de verdad perciben los daños pero a los que afrontarlos van a suponerles cambios en sus modos de vida. Es desolador observar también como opciones políticas que en las instituciones europeas están alineadas con las líneas maestras del Pacto Verde Europeo niegan esos principios en cuanto se cruzan hacia el sur los Pirineos. Más que entrar en disquisiciones partidistas ,creo que la acción política adulta en partidos que optan a gobernar , debe mantener la responsabilidad de actuar coherentemente en la lucha contra el cambio climático. Se pueden discutir ritmos, herramientas o soluciones, pero desdeñar la centralidad de actuar desde la política en esta tarea colectiva puede dar frutos electorales en el corto plazo pero nos daña a todos a corto, medio y largo.

Hace casi un año y repetido durante las elecciones municipales , en medio de la campaña municipal, un alto responsable político de mi CCAA, Galicia, afirmaba “ que el monte está lleno de jabalíes y lobos por culpa de las políticas ambientales europeas y por eso arde” , a ese irresponsable político se le olvidó decir que Galicia lleva quemándose desde hace décadas, desde incluso antes de que España entrara en la UE y las políticas de planificación territorial y medioambiental son de competencia exclusiva del Gobierno gallego que su partido lleva ostentando durante 37 de los útimos 42 años a los que ahora va a sumar cuatro más sin muchas esperanzas de que sus políticas se adapten a la necesidad que marca el calentamiento del planeta . En este caso tan grave no sólo se produce una clara negación de lo que está pasando si no que además se adereza con antieuropeísmo. Obvian intencionadamente que Galicia tiene un expediente comunitario por incumplir y no aplicar las principales normas ambientales de protección de la naturaleza, de tal manera que poco pueden afectarte leyes que incumples.

El problema por tanto radica en que sigue habiendo políticos/as de todos los colores (aunque unos más que otros) que obvian la necesidad de actuar con responsabilidad contra el principal desafío al que se enfrenta la humanidad justo en el momento en que de verdad la ciudadanía empieza a tomar conciencia de la gravedad de los efectos y tan sólo acaba de empezar. En España , en todas nuestras instituciones, vamos a necesitar políticos que se tomen en serio lo que viene. Es posible que en las elecciones municipales de 2023 hubieran obtenido mayor ventaja aquellos que promulgaban la necesidad de que los coches puedan seguir ocupando el espacio público y contaminando o aquellos que se caracterizan por una nula sensibilidad ecológica por ejemplo disminuyendo espacios verdes o talando árboles en las ciudades, al menos en las generales de julio de 2023 Pedro Sánchez paró al negacionismo pero aún queda mucho por hacer como demuestra el liderazgo y la batalla sin descanso de la vicepresidenta tercera Teresa Ribera . En cualquier caso no olvidemos que tarde o temprano la ciudadanía exigirá cuentas por sus irresponsabilidades.

Quizás en el momento en que los mercados y negocios ,los del atrasado cuarto reloj de Linden, tomen la iniciativa de actuar de verdad porque las pérdidas de transitar como se venía haciendo son superiores a las inversiones necesarias para cambiar el paso, sólo en ese momento algunos políticos/as y opciones políticas despierten ante la grave amenaza que ya nos golpea. Quizás sea ya demasiado tarde a tenor de lo que Johan Rockstrom y otros han publicado recientemente sobre los límites planetarios, porque si un reloj no se detiene e incluso acelera es el del aumento de temperatura y necesitamos respuestas políticas acordes a las dimensiones del reto que enfrentamos.

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