Si hace poco más de un año hubiéramos preguntado a los ciudadanos de la UE qué significan las siglas EMA o ECDC, muy pocos habrían sabido la respuesta. Ahora, sin embargo, son familiares para millones de europeos. De alguna manera, hemos descubierto la importancia de contar con instituciones europeas sólidas en el campo de la salud.
La Agencia Europea de Medicamentos, con sede en Ámsterdam, es una de las agencias más grandes de la UE. Emplea a un número importante de profesionales y es un referente de conocimiento en su campo. Su trabajo principal se centra en la evaluación científica, la supervisión y el seguimiento de la seguridad de los medicamentos de uso humano y veterinario.
Un procedimiento fundamental para el funcionamiento de la EMA es el de la autorización centralizada: los medicamentos recomendados por la Agencia y aprobados mediante un único procedimiento por la Comisión Europea pueden comercializarse en toda la UE y el EEE.
Ese es el procedimiento (a través de una ruta acelerada) que aprobaron las cuatro vacunas actualmente autorizadas para la prevención del SARS-CoV-2. Como tal, la EMA ha estado en el centro de atención durante los últimos meses debido a un tema clave: consultar y evaluar la aprobación de las vacunas que se utilizarán para combatir la pandemia más grande en 100 años; que está amenazando un área común que alberga a más de 450 millones de personas.
Ésta es una tarea compleja y no está exenta de controversias. Es aquel en el que la EMA ha trabajado intensamente en el ámbito de su mandato y dentro de un marco legal, el marco existente, y que ha revelado sus puntos débiles.“Ante las amenazas globales, necesitamos respuestas europeas comunes; esa es una de las lecciones claras del año pasado »
Una de las lecciones aprendidas de esta pandemia es que debemos reforzar la coordinación europea en el ámbito de la asistencia sanitaria y pasar a la denominada «Unión de la salud». Ante las amenazas globales, necesitamos respuestas europeas comunes; esa es una de las lecciones claras del año pasado.
De ahí la propuesta de incrementar el papel de la Agencia en una crisis sanitaria; no podemos seguir improvisando respuestas ad hoc ante emergencias, ya sean pandemias -como la que estamos viviendo actualmente- o de cualquier otro tipo.
