El líder de los socialistas gallegos señala que Cerceda y As Pontes recibirán 160 millones de euros en ayudas a la transición justa para la financiación de proyectos industriales
El secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, dijo este jueves que la aprobación del Plan de Transición Justa permitirá que Galicia protagonice el «cambio de ciclo» de cara a la nueva revolución energética. Así lo dijo después de constatar que Galicia estará incluida en las ayudas europeas con 111 millones de euros, además de 50 millones adicionales del Ministerio de Transición, un total de 160 millones para la financiación de proyectos industriales.
La incorporación de Cerceda y As Pontes a las ayudas permitirán que Galicia, y en concreto la provincia de A Coruña, se vean beneficiadas de ayudas a la transición a energías limpias, para destinar a políticas de bajo carbono, transición energética y descarbonización. Formoso señaló que el trabajo del Ministerio de Transición y la interlocución del eurodiputado Nicolás González Casares permitieron este resultado.
El líder de los socialistas gallegos resumió que se trata de un «día de justicia» para los territorios que estuvieron aportando recursos durante los últimos años, «renunciando al territorio y trasladando parte de su población». Es el caso, dijo, de As Pontes, que en 50 años extrajo 400 millones de toneladas de carbón, y de Cerceda, que retiró otros 200 millones de toneladas. Se abre ahora, añadió, un «cambio de ciclo» en el que Galicia, y señaladamente Cerceda y As Pontes serán «protagonistas de una revolución energética» de apuesta por las renovables y las bajas emisiones de CO2, que ya estaba iniciada y que se vio «acelerada por culpa de Putin».
Estos territorios, dijo, deben ser «protagonistas en el que tiene que ver con los sistemas de almacenamiento energético del futuro», impulsando proyectos de hidrógeno verde o bombeos hidráulicos, en base a la energía eólica que «va a revolucionar energéticamente Europa».
Advirtió que «Galicia tiene que ser uno dieras territorios», y alertó frente al «discurso victimista y populista, de renuncia a participar en esa revolución energética, que tiene que ser compartida por la sociedad gallega».
Advirtió que están en juego «miles de millones de ingresos» para las arcas gallegas, que pueden suponer miles de empleos y permitirá «retener talento de nuestros chicos y chicas, que para eso se formaron en Galicia».
Formoso quiso reconocer señaladamente el trabajo del eurodiputado gallego Nicolás González Casares para concienciar a la comisaria europea de cohesión territorial, que junto con la negociación del Ministerio de Transición Ecológica permitieron incorporar Galicia dentro de las ayudas a la transición justa. Gracias a su trabajo, el Fondo de Transición Justa de España pasó de los 200 millones iniciales a recibir un total de 868.
A estos hay que sumar otros 50 millones de euros aportados por el Ministerio, que se suman a las ayudas comunitarias para financiar proyectos industriales con subvenciones directas compatibles con ayudas procedentes de la Xunta, diputaciones o ayuntamientos.
Riesgo
El eurodiputado gallego Nicolás González Casares destacó el «trabajo intenso» de los representantes de España en la UE desde el año 2019, en que se comenzó a elaborar el programa de transición justa. Finalmente consiguieron incorporar a Galicia, que era un territorio que ya no producía carbón porque tenía las minas cerradas, pero que sin embargo utilizaba el recurso.
Señaló que «sin As Pontes y Cerceda no habría sido posible conseguir llegar a este hito final», y recordó el trabajo de Formoso como alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña. Este mantuvo contactos con la directora general de Energía y la comisaria de Política Regional para incorporar al mecanismo a las zonas que no producían carbón pero sí que lo quemaban.
González Casares señaló que los esquemas de transición justa van más allá del fondo y de los 111 millones de euros para Galicia, ya que incorporan legislaciones asociadas, como el caso de los créditos Invest – IU, que garantizan una mayor intensidad en las ayudas para las zonas incluidas en el mecanismo.
Es el caso también de los fondos de cohesión, que beneficiarán en mayor parte la estos territorios, o las plantas de biomasa, que tendrán más beneficios en el caso de implantarse en zonas de transición justa. Advirtió finalmente que «hay que gastar el dinero, y es el momento de hacerlo».
