El eurodiputado Nicolás González defiende la nueva Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios como instrumento clave para paliar la pobreza energética
El Parlamento Europeo aprobaba este martes la nueva Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios con el propósito de disminuir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la construcción para que sea climáticamente neutro en 2050. «Esta Directiva es uno de los pilares del Pacto Verde Europeo», explica Nicolás González Casares, miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, pues las viviendas producen el 36 % de las emisiones de CO2 de la Unión Europea.
La Directiva fija tres grandes metas: los edificios residenciales deben reducir el consumo de energía en al menos un 16% para 2030 y entre un 20 y un 22% para 2035; los edificios de nueva construcción deben ser climáticamente neutros a partir de 2030 (2028 si se trata de edificios públicos); y la eliminación de las calderas de combustibles fósiles para 2040, que dejarán de ser subvencionables el año que viene y solo lo serán aquellos sistemas híbridos de calefacción que cuenten con las energías renovables. Los Estados miembro determinarán, de forma autónoma, la hoja de ruta a seguir para lograr dichos objetivos. Tanto los edificios agrícolas como los que pertenecen al patrimonio cultural e histórico podrán eximirse de cumplir la normativa, serán los países los encargados en decidirlo. El borrador del plan nacional deberá ser presentando antes de 2026 y estar cerrado para 2027.
«Con eficiencia y de la mano del autoconsumo, y apoyados en el nuevo derecho a compartir energía consolidado en la reforma del mercado eléctrico, podremos apoyar una mayor democratización energética de los consumidores en Europa», subraya González Casares, líder de la reforma del mercado eléctrico aprobada el pasado mes de diciembre. Para el socialista, la inversión destinada a mejorar las condiciones energéticas de las viviendas es de «justicia climática y social». Por ello, ve en la nueva Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios un instrumento clave para paliar la pobreza energética: «Un edificio con el peor rendimiento puede consumir hasta ocho veces más de energía que un edificio cero emisiones».
Respecto al temor del incremento del precio de los alquileres por las obras de mejora energética, el eurodiputado es tajante: «Hemos conseguido incluir que no se permita el desalojo de hogares vulnerables, provocado por aumentos desproporcionados de los alquileres tras la renovación energética de sus viviendas».