El pasado martes 10 de diciembre, tuve el honor de participar en la Conferencia Anual de la Union Française de l'Electricité (UFE), donde compartí una mesa redonda sobre la transición energética europea y la electrificación. Junto a Christophe Grudler MEP (MEP Renew), Gwenaelle Avice Huet ( Schneider Electric), Katja Wünschel ( RWE Renewables) y con la moderación de Nicolas Goldberg ( Colombus Consulting), debatimos sobre los retos y oportunidades que enfrenta la Unión Europea en este camino.
Desde mi perspectiva, destaqué tres puntos clave:
1.- Implementar la legislación ya acordada: Disponemos de herramientas efectivas para reducir los precios de la energía y potenciar la electrificación de nuestra economía. Las nuevas reglas del Mercado Eléctrico que lideré en el Parlamento aún nos dejan mucho espacio para la implementación de CfDs inteligentes y eficientes como de PPAs para que el mercado a largo y medio plazo pueda ser más estable en una transición energética que en sí misma tiende a la volatilidad de precios.
2.- Aumentar las interconexiones eléctricas: para aprovechar las posibilidades de flexibilidad del sistema, para integrarlo mejor lo primero es cumplir con nuestros objetivos de interconexión y de redes de transporte y distribución. Para aprovechar al máximo nuestros recursos renovables autóctonos y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Si queremos ser competitivos la energía verde es el camino que debe seguir Europa
3.- Acelerar la electrificación de la demanda: Hoy, la UE apenas alcanza un 23% de electrificación frente al 30% de China. Necesitamos avanzar con urgencia para ser más eficientes y descarbonizar de manera más accesible. El sector industrial que sea posible de electrificar es un objetivo primordial además de no ceder un ápice en la electrificación de la movilidad.
Este cambio no tiene barreras tecnológicas significativas, pero requiere voluntad, inversión y una visión estratégica para transformar nuestro sistema energético.
Estoy convencido de que la electrificación no solo es clave para la descarbonización, sino también para mejorar la competitividad económica de Europa en un mercado global cada vez más exigente.